Un punto fundamental, y que Edward Bach conocía a la hora de preparar su sistema floral, es que la Luna rige nuestro mundo emocional.
Es decir, que en momentos de crisis, vamos a comportarnos según en qué signo se encuentra nuestra Luna natal.
A esto se refería cuando hizo su primera clasificación de esencias a los que llamo «Curadores», que no era ni más ni menos que la tipología de las 12 lunas zodiacales.
Las lunas de fuego (Aries, Leo y Sagitario) nos llevaran al movimiento, acción, y también a la impulsividad, ansiedad e impaciencia.
Las lunas de tierra (Tauro, Virgo y Capricornio) nos piden la concreción de metas y objetivos para sentirnos seguros.
Las lunas de aire (Géminis, Libra y Acuario) necesitan curiosear, aprender y comunicar para lidiar con sus momentos de crisis.
Por último, las sensibles lunas de agua (Cáncer, Escorpio y Piscis) se pierden en sus propias emociones, muchas veces cargadas de melancolía y nostalgia, esforzándose por encerrarse en su mundo de sueños y fantasías.
Alejandra Ruzo

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