Nos enseñaron que pensar primero en los demás, y anteponer las necesidades de los que amamos a las propias
era ser «buena persona».
Nos dijeron que pensar en nosotras era ser EGOÍSTAS y que eso estaba mal.
Si estoy centrada en mí, si me escucho, si válido mi sentir, si me doy a mi misma lo que necesito no voy a necesitar
generar vínculos de dependencia o manipulación. Voy a ELEGIR con quién compartir mi vida, sin necesitarlos.
El otro me tiene que amar por quién yo soy y no por lo que hago por él o por ella.
Vinimos a aprender y a ser felices, no te distraigas creyendo que está en tus manos la felicidad de los demás.
Porque nunca es así.
Alejandra Ruzo

