No hay excusas para justificar que no te involucras y comprometes, con el argumento que no puedes y que no eres capaz.
Y das a los demás una imagen de desvalorización, porque a la par de sostener que no sirves para nada, afirmas que los otros si tienen la potencia
para hacer lo que te crees incapaz.
Sin embargo, puedes aprender a tener confianza en ti y a no temer el fracasso.
Comprenderás que no hay fracasos en la vida, sino que todo es experiencia.
Alejandra Ruzo

