La Carta natal, explica nuestra relación con el resto del Universo pero, además, nos enseña que esa relación no es estática,
sino que la podemos cambiar.
Cuanto más consciente eres, más recursos posees para cambiar tu vida.
A mayor inconsciencia, más probabilidades tienes de repetir siempre los mismos patrones de conducta,
caer en los mismos hábitos y cometer los mismos errores.
Podemos decir que, cuanto menos te conoces, más infeliz eres.
Porque no eres libre, no te sientes dueño de tu vida.
Todo lo que está a tu alrededor te hace reaccionar de forma automática, te condiciona, te controla, se apodera de ti.
Se convierte en “fatalidades del destino”.
Esto es todo lo contrario del sentimiento de plenitud, de la realización personal.
Eres lo que eres, y siempre lo serás. Pero lo puedes ser de muchas maneras.
El mejor instrumento puede sonar muy mal si está desafinado.
A través de la Carta Natal, comprendes que, lo que en esencia sos, se puede manifestar de infinitas maneras.
Poco a poco, dejas de identificarte con tu papel, dejas de ser el protagonista de tu historia… y te conviertes en su autor.
Te invito al autoconocimiento interpretando el Cielo del momento en que naciste.

